En el salón de la catedral se reunieron los acólitos y acólitas de nuestra diócesis que llegaron para su penúltimo encuentro.
El Padre Obispo Bernardo, los animó a ser constantes y alegres en el servicio que prestan a sus comunidades.
Terminado su mensaje se dio paso a la evaluación del año 2011 en cuanto a los objetivos propuestos: 1º Fortalecer la dimensión comunitaria de los distintos grupos en vista a formar "un solo cuerpo". y 2º Establecer encuentros y ceremonias propias de los servidores del altar.
Esta jornada tuvo como ingrediente principal la ALEGRÍA, que demostró una vez más que quienes más cerca están del misterio eucarístico, reciben de parte de Dios una plenitud que es difícil de disimular.
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